EDITORIAL
Cementerio Clandestino y la Comisión de la Verdad
Apoyamos a la presidenta de la República, doña Mireya Moscoso en el nombramiento de una Comisión de la Verdad que investigue los atroces crímenes cometidos por la dictadura militar y cuyos cadáveres están enterrados en fosas comunes del cuartel de Los Pumas, en Tocumen. Aunque muchos panameños sufren de amnesia histórica, tenemos que respaldar esta iniciativa presidencial que no sea que termine como aquella que trató de impulsar el expresidente Nicolás Ardito Barletta para investigar el asesinato del Dr. Hugo Spadafora y que tropezó con toda clase de escollos puesto por personeros de la tiranía. El crimen en su macabro esplendor fue la obra demencial de los entorchados que no admitían disidencia alguna. Como respuesta a ello cometieron toda clase de asesinatos, destierros, carcelazos, torturas y la degradación sistemática de los opositores al régimen castrense. Las osamentas descubiertas en el cementerio clandestino del cuartel de Tocumen han reiterado el sentimiento de que no puede haber perdón sin que haya justicia. La sangre de esos sacrificados clama que se lleve al banquillo de los acusados a los culpables de estas matanzas masivas que sin Dios ni ley se ensañaron con víctimas, algunos inocentes, pero que no tenían ningún derecho de ordenar quitarle la vida. Los asesinatos de disidentes de la dictadura todavía están pendiente y el pueblo panameño exige que se aclaren estos crímenes desechando el mea culpa tardío y trasnochado de algunos uniformados que ahora simulan estar en el camino de Dios pretendiendo que allí les exonerarán de sus pecados mortales. Adelante con la Comisión de la Verdad, señora Presidenta. También respaldamos al general Rubén Darío Paredes que admite su culpa histórica, pero que siente vergüenza de algunos miembros de la Guardia Nacional que se atrevieron a manchar el nombre de la institución con este cementerio clandestino.
PUNTO CRITICO |
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