Al menos doce personas murieron en la madrugada de en una serie coordinada de ataques a autobuses y puestos de policía en Río de Janeiro, que fuentes oficiales atribuyeron a grupos de narcotraficantes.
En el ataque más grave, por lo menos seis pasajeros de un autobús murieron carbonizados luego de que una banda de pistoleros los asaltara y le prendiera fuego al vehículo, según los bomberos. Cerca de ocho puestos de policía fueron tiroteados y atacados con granadas en barrios distantes de la ciudad.