Saludos amigos y amigas, bienvenidos al viernes de cucarachas con olor a rosca y no precisamente de pan navideño.
Ayer hablaba con el manager de Panamá Metro, Luis Molina y salieron a relucir temas del fondo de la cripta. Parece que la directiva quería imponerle al director dos peloteros que según cuenta Molina "por compromisos de la directiva" debían estar en el equipo.
Hasta donde yo se.. los managers deben tener los pantalones bien puesto y definir sus plantillas bajo sus propios conceptos. No aceptar imposiciones de los dirigentes y mucho menos tolerar la llamada "rosca".
Molina es todo un caballero, igual su hermano y es que ambos vienen de una familia sólida, donde el tronco familiar fue Julio Molina (q.e.p.d), un hombre de béisbol con una trayectoria intachable y ejemplar.
A mi juicio Molina ha actuado bien. Las decisiones técnicas son potestad del cuerpo técnico y no de los directivos. Los dirigentes deben respetar las decisiones y apoyar el trabajo de su equipo.
"Me han decepcionado" me dijo Molina con la cabeza hacia el piso. Desde esta tribuna, un aplauso al joven manejador metropolitano y éxito en el 2007. Molina fue un gran pelotero y tiene una personalidad especial para dirigir equipos.
A Molina le damos un estrechón de mano y la voluntad de seguir adelante con el buen trabajo que viene realizando. Metro parece que retrocede. Su directiva no suena bien, tiene tumbos y si así empezamos, no quiero imaginar el final. Nadie sabe lo que tiene.. hasta que lo pierde. ¡Metro, mi querido Metro!
¡Viva, Crítica en Línea el béisbol!