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JUEGOS PIROTECNICOS
Quien juega con fuego...
Tomado de
CNN
Los ojos, las manos y los genitales son las zonas infantiles más afectadas por los accidentes con pirotecnica durante las fiestas de fin de año. De allí que sea terminante recomendar: "No ponga pólvora en las manos de un niño". Cada diciembre, a la misma hora, saltan corchos y el cielo se puebla de colores mientras el bombardeo anuncia la llegada de Navidad y Año Nuevo. A la misma hora, las guardias de los hospitales oftalmológicos y especializados en atención de quemados preparan las camillas y empiezan a recibir decenas, cientos, miles de niños -y adultos- doloridos y ensangrentados. Como el mito del eterno retorno, la escena se repite, año tras año, a pesar de las advertencias que también se instalan cada diciembre, con algunos matices, según la latitud. Esta vez, Chile, por ejemplo, se sumó a los países que prohíben por ley la venta de fuegos artificiales, mientras Argentina optó por encarar una campaña de difusión que advierte sobre los riesgos que esconde la pirotecnia ilegal. Apoyada por la Cámara Argentina de Empresas de Fuegos Artificiales (Caefa), se propone distinguir entre artículos de pirotecnia que cuentan con la autorización de la Dirección Nacional de Fabricaciones Militares y aquellos de venta clandestina, elaborados con componentes químicos que le agregan peligrosidad al peligro intrínseco de los fuegos artificiales. Más allá del debate entre pirotecnia legal o ilegal, René Artigas, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile y especialista en el tratamiento de quemaduras, opina que "todos los fuegos artificiales, sin excepción, son peligrosos y su manejo exige experiencia y mucho cuidado". Y justifica su sentencia a través de las presumiblemente inocentes estrellitas: "Desprenden trozos encendidos que pueden caer en los ojos provocando quemaduras y ceguera". También advierte sobre el peligro que esconden los petardos que los chicos suelen esconder en sus bolsillos: "En algunas oportunidades, ya sea el roce con la ropa como el calor excesivo propio de estas fechas, puede provocar su explosión", dice Artigas. En tanto, un documento de la Sociedad Argentina de Pediatría confirma que los ojos, las manos y los genitales son las zonas rojas infantiles. De allí que sea terminante al recomendar: "No ponga pólvora en las manos de un niño".
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En tanto, un documento de la Sociedad Argentina de Pediatría confirma que los ojos, las manos y los genitales son las zonas rojas infantiles. De allí que sea terminante al recomendar: "No ponga pólvora en las manos de un niño".
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