Bueno, amigos, esta es mi segunda entrega de la nueva columna Jipijapa! Anteriormente comentamos sobre la forma de ver el folklore y que realmente va más allá de algunas expresiones artísticas, pues constituye la manera de resolver la vida humana ante la naturaleza misma. Si el hombre un día necesitó calzado porque andaba en los montes descalzo, pues se las ingenió y creó lo que hoy conocemos como "cutarra", tomó cuero, unas correas y diseñó su propio tejido, la cosa es que hoy día el panameño tiene su propio calzado y así fue supliendo sus necesidades en la casa, en el trabajo, en cualquier fase que desarrollaba como ser humano.
El folklore constituye resolver la vida de la gente, en lo material, en lo social y en lo mental-espiritual. Pero la manera de cómo vemos el folklore es de suma importancia, puesto que el folklore determina la experiencia vívida por nuestros ancestros que no contaban con la modernidad y la tecnología de hoy, pero que vivieron plácida y positivamente, construyendo un país, tradiciones y fundamentaron una Nación, con la simpleza de sus tiempos y que formularon un abanico de posibilidades para las nuevas generaciones que hoy contamos con tecnologías avanzadas, pero que mantenemos esos referentes culturales de nuestros antepasados, el lenguaje, las expresiones, los modismos, las creencias y las costumbres.
Si miramos el folklore solamente de forma artística, no vamos a poder ver el criterio de desarrollo que encierra esta expresión cultural, puesto que de algún modo esa tradición contribuía entonces a forjar un presente en el que se resolvía día a día la vida de nuestra gente y con esas experiencias fundamentaron el presente y lógicamente es fundamento de nuestro futuro, no podemos perder esa identidad porque sería perdernos nosotros mismos y asumir una personalidad que no nos corresponde.
En la medida que jóvenes, adultos, niños, en fin, toda la población, puedan visibilizar el folklore como un aspecto que forma parte del desarrollo de un país, en todo sentido, como parte de la vida misma y como parte de la generación de turismo, de comercio y de identidad cultural, se logrará un mayor respeto del que ya se tiene por nuestra tradición inserta en el folklore panameño.