Sin otorgaran premios al país que más puentes peatonales tiene, Panamá se lo ganaría. Porque aquí sólo falta instituir el día del "puente peatonal".
Los famosos puentes han surgido hasta para evitar que el perro y el gato sean atropellados por un "diablo rojo" o una chiva parrandera. Pero, ¡huuu! Por gusto.
El chiste cruel es que muy pocos los usan. Uno que otro, para hacer algo de ejercicio deportivo, delictivo o amoroso. En el mejor de los casos como dormitorio o local de ventas. Escoja usted la mejor respuesta.
Para lograr que estos puentes se construyan, se hicieron protestas en las calles por maestros, moradores de distintas barriadas y comunidades, así como grandes discursos por conocidos políticos. Pero para que vea, allí no termina todo este asunto.
Los "cacareados" puentes peatonales por su importancia no costaron precisamente dos centavos. Sino que hasta asunto de gabinete resultaron en su momento de atención.
La justificación es que estos pasos peatonales salvan vidas. Sin embargo en la práctica, hasta se han usado para suicidarse. Por otra parte, próximo a la comunidad de Atalaya (vía Interamericana), se cuentan casi siete puentes peatonales. Es increíble tantos puentes a tan corta distancia.
Además, los puentes elevados se convierten en monumentos a la desidia humana.
Están sucios, oscuros y sin mantenimiento. Esperan que los perezosos piecesitos de los panameños se dignen a cruzarlos. Ya uno murió por no usar un puente.
¡Ay!, por suerte, siempre hay quienes buscan la excelencia. ¿Será por si acaso hay algún premio? Bueno, en la comunidad de Juay (San Juan-Chiriquí) se construyó un puente peatonal cerca de la escuela, que costó unos cien mil "panchitos". Este puente en las alturas es usado por los pobladores. No es un nuevo milagro, no se entusiasme. Tal vez es una excepción, puede que haya otras en este paraíso tropical llamado Panamá.
¡Pero seamos positivos! Lo cierto es que próximo al puente de mi historia hay una curva bien cerrada. Habría que ser ciego para no mirar el peligro.
Sin excusa alguna, es lastimoso que se empleen recursos monetarios en obras que no son utilizadas por los habitantes que las exigen. Parecen cantinfladas o una salida al mejor estilo de Tres Patines. ¡Cosa más grande chico!