El depuesto presidente iraquí Sadam Hussein asistió ayer sonriente y vestido con un traje oscuro y sin corbata, a la sexta sesión del tribunal que le juzga junto a siete de sus ex asesores en relación con la matanza de 148 chiítas.
Esta sexta sesión del proceso, que comenzó el pasado 19 de octubre, la abrió hacia las 11: 40 horas local el juez Rizgar Mohamed Amin en el interior de la amurallada "zona verde". El tribunal escuchó la declaración de un sexto testigo, identificado como Ali Hasan Al Haidari, quien relató cómo él y todos los miembros de su familia fueron detenidos, maltratados y torturados tras un supuesto intento de asesinato de Sadam en julio de 1982.
El antiguo dictador, que parecía tranquilo durante casi toda la sesión, acusó al juez de "parcialidad" a favor de los testigos, y dijo a uno de los abogados de la acusación: "Te conozco. Eras juez antes de la ocupación de Bagdad".
Sadam, quien realizó la oración del mediodía sentado en su silla en la sala del tribunal, boicoteó la última vista del proceso, el pasado día 7, tras alegar que el juicio era una farsa inventada por Estados Unidos y que había sido tratado con falta de respeto. La nueva sesión se desarrolla en el interior del protegido recinto llamado "zona verde", en medio de estrictas medidas de seguridad.