Al llegar diciembre, todos sienten gran emoción, es como si el espíritu de cada persona se invade de una alegría inexplicable.
Sí, ese es el amor y la paz que llega con las fiestas navideñas.
A todos, jóvenes y adultos, éstas fiestas deben ser además de celebraciones, de meditación sobre lo que hemos hecho bien o mal, y prepararnos para recibir lleno de positivismo un nuevo año.
La Navidad, que llega en escasos tres días, es un momento en el que se reflejan en los rostros de niños y adultos, esa satisfacción de poder compartir más que cosas materiales, un sentimiento de amor.
Que el Año Nuevo sea para todos, un esperanza de nuevas y mejores cosas.
¡A todos, éxitos en los planes que se han propuesto para este año entrante!