P: Tengo 50 años y he notado unos kilitos de más en mi cintura. Mi hermana me leyó una nota sobre “La dieta de South Beach” (Rodale, 2003). ¿Es realmente mejor que las otras dietas?
R: El apetito americano por los libros de dietas parece insaciable, y estamos viendo innumerables copias de “La dieta de South Beach”. Escrita por Arthur Agatston, un cardiólogo de Miami Beach, el libro se ha convertido en un éxito imparable. Se convirtió en el cuarto libro mejor vendido en Amazon.com en el 2003 y el número 1 en la lista de los libros recomendados por “The New York Times”. Tiene algunos puntos buenos, pero “la dieta de South Beach” presenta sus problemas como cualquier típico libro de dietas: falta de pruebas y algunas de ellas dudosas.
La dieta de South Beach es similar a la dieta de Atkins. Ambas son bajas en hidratos de carbono, y la de Atkins, por supuesto, popularizó las dietas bajas en carbonos. La Atkins, se inicia con dos semanas de “fase de inducción” una consumición estricta de alta proteína, baja en hidratos de carbono. La dieta de South Beach también se inicia con un período inicial de dos semanas de “Fase 1” que prohíbe las frutas, panes, patatas, pasteles, dulces, galletas, helados y alcohol. Cada una tiene etapas subsecuentes que le permiten añadir ciertos alimentos mientras supuestamente se mantiene la pérdida de peso inicial.
“La dieta de South Beach” se dice que difiere de la de Atkins por aceptar los hidratos adecuados y no la exclusión completa. En general es menos insistente en el tema. Pero en ambas dietas sus fases iniciales de pérdida de peso dependen de la no ingestión de hidratos de carbono.
La dieta de South Beach tiene una aproximación más comedida y correcta con respecto a las grasas. Aunque las últimas versiones de los libros de la dieta de Atkins lo han reducido, solía ser famosa por loar la carne y olvidarse de mencionar los peligros de las grasas saturadas que se encuentran en ella y otros alimentos de origen animal, como los productos lácteos. Al usuario de la dieta de South Beach se le permite la ingestión de carne. Pero al contrario que la de Atkins, previene a las personas contra las grasas saturadas y les aconseja más el pollo y el pescado.
Katherine McManus, directora del Departamento de Nutrición en el hospital de mujeres en Brigham, tiene unas cuantas críticas sobre la “Dieta de South Beach”. Aquí están sus preocupaciones más importantes:
“FALTA DE PRUEBA”:
El Dr. Agatston dice que ha probado su dieta en un estudio con 40 voluntarios que padecían de sobre peso y presentó los resultados en la reunión de la Escuela Americana de Cardiología. Esto puede ser cierto, pero un pequeño estudio llevado a cabo por el autor de una dieta (una fuente muy poco parcial) está muy lejos de ser una prueba sólida.
FALTA DE CREDIBILIDAD:
El libro promete que tras dos semanas de estar en una estricta “fase 1” la necesidad por consumir azúcar y fécula habrá “virtualmente desaparecido” y el síndrome de la resistencia a la insulina desaparecerá. El síndrome de la resistencia a la insulina, el cual tiene un componente fuertemente genético, no desaparece tan rápidamente. Y es difícil de creer que el apetito por las galletas, pasteles y otros muchos dulces, que la gente tanto adora comer, cambia tan rápidamente.
MALENTENDIDOS:
El libro dice que la dieta no depende del tamaño de las porciones. No obstante la segunda parte del libro trata en su integridad el tema de los planes de comida y sus recetas, las cuales son, de hecho, tamaño de porciones. Las almendras se recomiendan como tentempié, pero se supone que debe contar 15, lo que a nosotros nos parece una porción.
Al principio se nos dice que la dieta no depende de hacer ejercicios. En uno de los últimos capítulos, Agatston recomienda un paseo rápido de 20 minutos cada día. El perder peso con la ayuda de una dieta es posible, pero la mayoría de los estudios sugieren que es la gente que hace ejercicios la que no lo vuelve a ganar.
UN ERROR SOBRE LOS HUEVOS:
El libro afirma que los huevos no tienen grasa saturada, pero un huevo tiene alrededor de un 1.5 gramos de grasa saturada. Debido a que “la Fase 2” de la dieta incluye una gran cantidad de huevos, es un error bastante notable, al ser esta fase la más larga.
McManus dice también que le gustaría que el libro fuera más cauteloso con las grasas trans, un tipo de grasa saturada que es muy poco saludable. A pesar de esto, el libro es claro a la hora de organizar las grasas buenas (mono y poli saturadas) y las grasas malas (saturadas y trans). Agatston ataca la comida procesada y envía el mensaje correcto sobre los beneficios de la fibra y las comidas de grano integral.
EL LIBRO ES CORTO:
Las primeras 107 páginas de explicaciones se pueden leer de una sentada. La promesa de que usted perderá de 3 a 10 kilos en las primeras dos semanas está en la primera página.
ES TOLERANTE:
Agatston dice que si cae en la tentación y come algún postre, puede redimirse volviendo estrictamente a la primera fase de la dieta. Esto explica la popularidad del libro, pero no su validez.
En el 2002 y 2003, varias pruebas clínicas mostraron resultados prometedores con los resultados de la pérdida de peso gracias a la dieta de Atkins. La dieta de South Beach no es una exageración, y podría funcionar en algunas personas a la hora de perder peso a corto plazo. Sin embargo, buenos hábitos alimenticios con pérdida de peso a largo plazo, ni la dieta de Atkins ni la de South Beach han sido capaces de alcanzarlo. De hecho, como cualquier libro de dieta, “La dieta de South Beach” hace parecer que la pérdida de peso a largo plazo es mucho más fácil de lo que es. El secreto simple para perder peso es comer menos calorías de las que se consumen por el ejercicio o el metabolismo. |