Aquellos que pasamos de los cincuenta años, a quienes más recordamos de los grupos étnicos que han llegado a nuestro país, son los "paisanos" o sea, los chinitos.
En nuestra mente todavía queda la tiendita de los chinos de la esquina, lo mismo puede decirse de las lavanderías, restaurantes, el banco de vegetales en el mercado público, etc.
Si hacemos un balance, qué panameño no ha comido en su vida salaos, ostias chinas, utilizado la salsa china para condimentar sus comidas, por otro lado quién no recuerda los almacenes de la calle Carlos A. Mendoza, conocida como el Barrio chino, donde se ofrecían productos alimenticios chinos enlatados, condimentos, té chino, té verde, especies, medicinas para la tos, cigarrillos chinos, artículos para el hogar como pailas, sartenes, cerámica china. Conocidos fueron en esos lugares, las casas de juegos, donde se dicen muchos comerciantes chinos perdieron grandes fortunas.
Haciéndole honor al dicho: "Eso no te lo cura ni el médico chino" para señalar que la medicina china lo curaba todo, existían médicos tradicionales chinos, por la Ave. B., y la calle de Salsipuedes donde tenían ubicados sus consultorios donde atendían todo tipo de dolencias como bajar el colesterol, la circulación, diabetes, sistema nervioso sin que faltara el tradicional masaje terapéutico.