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Rafael llevó la Bandera en los desfiles del 3 y 5 de noviembre.  |
Rafael Romero tiene 17 años, y se gradúa hoy en el Colegio Abel Bravo. Es un estudiante sobresaliente, pero está deprimido. Su capacidad intelectual lo ha llevado a ocupar el primer puesto de honor, el cual perdió por milésimas al representar al plantel en diferentes compromisos que hoy, no reconocen algunos docentes.
Romero, que subirá a la tarima del gimnasio Claudia Lowe del Colegio Abel Bravo a recibir su diploma de bachillerato, tendrá que conformarse con el segundo puesto de honor, luego de ocupar desde el segundo año de secundaria hasta el tercer bimestre de VI año el primer puesto de todo el centro escolar, que inclusive le permitió llevar el emblema nacional en los desfiles del 3 y 5 de noviembre pasado.
El joven comentó que no entiende cómo después de haberle dado gloria al Colegio Abel Bravo, algunos profesores se negaron a aplicarle las pruebas académicas por su ausencia, cuando fue a representar al plantel en los pasados juegos CODICADER realizados en Guatemala. Rafael fue a Guatemala y se ganó la medalla de Oro en la categoría individual de ajedrez y la de plata a nivel general.
Este esfuerzo lo hizo comprometido con su formación de abelista y colonense que lleva presente y nunca se arrepiente. Aún así, lamenta que por la negativa de un pequeño grupo de educadores, su puntaje para conservar el primer lugar bajara.
Y es que es comprensible la decepción de Rafael Romero, quien espera aplicar en la Universidad de Panamá y formarse como médico. No sólo representó y gano el oro en los juegos, sino que en anteriores oportunidades como estudiante del colegio, formó parte de la selección nacional de ajedrez.
Ha participado en concursos de redacción, en el segundo subcampeonato de la Copa Sun Yat Sen de Ajedrez. Fue director del plantel el día del estudiante y parte de los representantes en las Olimpiadas de Matemáticas y por tres años en la de Física.
El apoyo directo de su profesora consejera Mixia Murillo y de otros docentes, es reconocido por Romero, quien en su tristeza lamenta que otros que lo instaban a salir a concursar, luego del éxito se olvidaran de él y le negaran la oportunidad de recuperar los ejercicios pendientes.
"Fui a Guatemala y aún estoy esperando el brindis que en el colegio me prometieron por mi participación, estas cosas me bajan la moral, aunque gracias a muchas personas me he sentido bien en seguir adelante, porque sé que cumplí con mi deber de estudiante", dijo. |