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Argentina atraviesa una semana de tensiones políticas y movilizaciones sociales, al iniciarse la evocación del 'argentinazo' del 20 de diciembre de 2001, cuando una revuelta popular acabó con el gobierno del presidente Fernando de la Rúa.
El gobierno de Eduardo Duhalde (peronista) intentó minimizar las versiones sobre eventuales actos de violencia, en el aniversario de aquella pueblada en la que, además de masivas movilizaciones y cacerolazos, se registraron saqueos, con apropiación violenta de mercadería en supermercados de todo el país.
La revuelta de 2001 dejó 30 muertos, cinco de ellos en las inmediaciones de la Plaza de Mayo, en pleno centro de la capital argentina, donde el próximo viernes confluirán miles de manifestantes.
"No va a pasar absolutamente nada. Se están agitando fantasmas innecesariamente. En la historia de todos estos movimientos de los piqueteros nunca han saqueado, nunca han habido desmanes. No veo por qué tiene que suceder ahora", aseguró este Duhalde en declaraciones a la porteña radio Mitre. |
