A pocos días para que entre a regir el acuerdo pactado entre el gobierno y los transportistas para la unificación de la tarifa en el servicio de transporte público, vale la pena formular algunas reflexiones al respecto.
Nadie está en desacuerdo con un ajuste razonable del pasaje del transporte colectivo; lo malo ha sido en la forma injusta, inconsulta y hasta arbitraria como se ha fijado, lo que demuestra que el alza de B/.0.25 no responde a un estudio serio y responsable. Para este acuerdo, aparte de los magnates del transporte (dueños de buses), se debió tomar en cuenta también a los dueños de buses-conductores; a los usuarios que son la parte principal en este asunto, mediante las organizaciones más representativas, así como a los conductores "o palancas" que son los que se "zurran" desde la madrugada para llevar el sustento a sus hogares y que no gozan de ninguna protección social.
Independientemente de la angustiosa situación económica que vive el país y de las condiciones deplorables del servicio del transporte público, el acuerdo del alza del pasaje no ha considerado algo tan lógico como la distancia o el tramo recorrido y el constante "sube y baja" de pasajeros, principalmente en el centro de la ciudad y alrededores, donde las paradas están muy cercas, una de otras; tampoco han considerado a los humildes trabajadores que tienen que hacer dos, tres y hasta cuatro transbordos para dirigirse a sus centros de trabajo.
Además, se pueden ensayar otras alternativas para ajustar el costo del pasaje en los buses, por lo que no hay que aferrarse a la unificación de la tarifa como quieren los poderosos empresarios del transporte. Las partes involucradas en este problema deben usar otras opciones para lograr un incremento justo al pasaje del transporte, que redunde en beneficio de los transportistas, de los usuarios y de los conductores o "palancas", ejemplo: Se podría acortar las distancias y recorrer según las tarifas vigentes especialmente en la que se paga quince centavos y que cubre una distancia extremadamente larga.
Lo que no se debe permitir y a lo que el pueblo se opondrá por todos los medios, es que la tarifa de quince centavos que se cobra para el centro y alrededores cercanos a la ciudad se eleve a B/.0.25, lo que representaría un aumento casi del 75% sobre el costo actual del pasaje, porque sencillamente es injusto y es un atentado criminal a la ya maltrecha economía hogareña de las clases populares. |