Es de lamentar que el actual gobierno como el anterior no consultara a su pueblo sobre la conveniencia o no, de permitir el funcionamiento en nuestro país, del Centro Multilateral Antidrogas, y permitiera, como siempre, que la oligarquía y esos malos políticos con su exagerada presión de intereses y asumiendo posturas de soberanía, no lo permitiera, dejando así un paso libre expedito al abundante trasiego de drogas por nuestras costas, ello, a pesar del extraordinario esfuerzo de nuestras autoridades que lucha día y noche haciendo lo imposible.
El pueblo panameño, el sufrido no el otro, consideraba que cerradas las bases militares en nuestro país, con la legión de desocupado el Centro Multilateral Antidrogas, con todo su sofisticado equipo de radares y equipos especiales y la indiscutida experiencia en estos afanes, sería una garantía para la seguridad de nuestro pueblo y la tensión permanente del trasiego de drogas por nuestras costas.
Claro que esto no le interesó ni le ha interesado nunca a esos defensores de la soberanía de ellos. Nuestro país con su inmensa cantidad de costas deshabilitadas y sin un organismo que detecte oportunamente el trasiego de drogas, se convierte como hasta ahora en el lugar ideal, en el paso expedito que tienen los magnates del negocio. Y, la gente se pregunta ¿a quién hay que responsabilizar por esta situación? |