Una abuela y cuatro nietos murieron sepultados por un derrumbe de tierra en un poblado rural en Honduras, el segundo episodio trágico en que mueren niños en áreas rurales del país en menos de una semana, dijo ayer, viernes un portavoz del Cuerpo de Bomberos.
El derrumbe, que costó la vida de la mujer de 65 años de edad y los adolescentes de entre 13 y 15 años, ocurrió el jueves en la tarde en el poblado campesino de Cocala, en el municipio de San Antonio de Flores, 80 kms al este de Tegucigalpa, dijo el sargento Oscar Triminio.
"La abuela y sus cuatro nietos entraron a una cueva donde los pobladores extraen una arcilla blanca que tradicionalmente en esta época de Navidad utilizan para blanquear las paredes de adobe de sus casas. Hubo un derrumbe y todos murieron asfixiados", dijo el portavoz.
El lunes, 12 niños y tres adultos murieron alcanzados por las llamas de una quema de desechos de caña en Santa Cruz, mientras intentaban cazar conejos y armadillos.