Cerca de 700 cuerpos de filipinos sin vida han sido recuperados en distintas áreas del norte del país, que perecieron a consecuencia de la sucesión de tifones que han azotado el archipiélago en los últimos días.
El tifón Nanmadol, el último de una serie de cuatro, causó antenoche a su paso más de 30 muertos, que se unen a los centenares de víctimas mortales de los días anteriores, según los medios locales que citan fuentes del Ejército filipino.
Entre muertos y desaparecidos, el número de víctimas podría superar el millar, según la Cruz Roja y el Consejo Coordinador de Catástrofes Naturales.