Las bases del partido MOLIRENA parecen haber despertado del letargo en el que se mantenían por la derrota electoral del 2 de mayo, luego que el ex vicepresidente del colectivo Wigberto Quintero y un grupo de 300 convencionales solicitaran la renuncia de Jesús "Maco" Rosas y su cúpula.
El movimiento agrupado en la facción Unión MOLIRENA concluyó que lo único que puede salvar la organización del progresivo debilitamiento político es que la actual dirigencia reconozca su falta de liderazgo y pongan sus cargos a disposición de los de los 720 convencionales.
Quintero calificó como irresponsable que la presidencia de Jesús Rosas esté promoviendo la destitución de todos los convencionales del partido, cuando el verdadero problema, a su criterio, es el divisionismo que encabeza la dirigencia de "Maco".
"El desastre político por el que atraviesa el partido no se debe a los convencionales, sino a la alta dirigencia", dijo.
El diputado cuestionó el accionar de la dirigencia de su partido por el permanente silencio que guardan ante temas de actualidad nacional como el de la CSS y las futuras reformas fiscales.
Quintero calificó como "incapaz" la labor de oposición desempeñada hasta ahora por la dirigencia de Jesús "Maco" Rosas y su junta directiva.
PELEA VIEJA
La crisis dentro del partido del gallo colora’o viene desde hace tiempo.
En 2001, Arturo Vallarino reveló que se le envió una carta al presidente del MOLIRENA, Jesús Rosas donde le exigía convocar a todos los organismos del partido para una asamblea urgente, para abordar la crítica situación de este colectivo político.
"Hay muchos conflictos a lo interno del MOLIRENA y todo se debe a que la actual directiva no está desempeñando un papel de liderazgo", señaló.
Agregó ese año Vallarino que "nosotros hemos pedido al señor Rosas que haga las convocatorias a los organismos del partido y aún no hemos recibido una respuesta concreta".