La policía latinoamericana considera que la seguridad "en tiempo real" que proporciona la colaboración entre las fuerzas del orden de los distintos países de Latinoamérica se ha convertido en una de la claves del desarrollo de la región de los últimos años.
Así lo afirmó el secretario ejecutivo permanente de la Comunidad Latino Americana y del Caribe de Inteligencia Policial (CLACIP), Jorge Luis Vargas Valencia, durante el seminario "La seguridad en América Latina, la tutela de las inversiones y la cooperación judicial", celebrada en la ciudad italiana de Milán.
En la CLACIP "tenemos una agenda común, una agenda de intercambio en tiempo real en torno a la seguridad para poder comunicarnos y favorecer el crecimiento económico", incidió Vargas.
"Porque en torno al crecimiento económico de Latinoamérica de los últimos años ha habido un crecimiento de confianza, que es lo que ha dado escenarios seguros para el crecimiento de nuestras economías", añadió.
La seguridad centró uno de los primeros seminarios de esta mañana en Milán en clave preparatoria para la IV Conferencia Italia-América Latina de la capital lombarda cuya inauguración oficial fue ayer.
"Por encima de cualquier política, los policías del continente nos hemos reunido en una muy exitosa asociación de intercambio de información en términos de seguridad humana", refirió Vargas.
"Somos conscientes de que ésta es una arquitectura basada en un panorama estratégico, donde el intercambio en tiempo real es el fundamento", agregó.
En Latinoamérica "hemos transitado por amenazas tradicionales de terrorismo, narcotráfico y tráfico de armas (..) esas amenazas tradicionales las vemos hoy como una amenaza contra el individuo, contra la persona, contra el ser que forma la sociedad", dijo el secretario ejecutivo de la CLACIP.
Precisamente sobre esas amenazas habló también el embajador de Colombia en Italia, Sabas Petrelt de la Vega, quien puso como ejemplo al Gobierno del presidente colombiano, lvaro Uribe.
"Con la llegada del presidente Uribe se quiso entender el concepto de seguridad democrática, que es la seguridad para el pueblo y para todos los ciudadanos, para el empresario y el trabajador", comentó Pretelt.
"Se ha aplicado una política de seguridad para rescatar la tranquilidad de la vida de los ciudadanos -prosiguió- , porque, si no hay seguridad, no hay economía, y, si no hay economía, no hay desarrollo social".
En este sentido, el embajador insistió en que el Gobierno de Colombia considera como un eje común "de su desarrollo" garantizar la seguridad en todos los rincones del país, donde, dijo, se ha pasado de 30.000 muertes violentas al año a 11.000.