Quizás lo peor que le pudo pasar a Baltimore de cara a su encuentro de esta noche frente a los Patriots, fue precisamente el juego tan cerrado en el que se vio envuelto New England la semana pasada, frente a unos Eagles que estuvieron cerca de dar la gran campanada.
Aquel resultado tan cerrado sólo asegura que todos los jugadores de los Patriots recibieron sus respectivos regaños en la semana, y saldrán al campo más enfocados y con la firme intención de no volver a dejar que un partido termine con un margen de victoria tan estrecho.
Los Ravens tienen muy pocas opciones ofensivas. El corredor Willis McGahee está teniendo un buen año, pero los mariscales de campo Steve McNair y Kyle Boller han estado fatales. Incluso se habla de que es probable que veamos en acción al novato Troy Smith.
Por su parte, los Patriots están al otro lado del espectro. Pueden mover el balón como sea, por donde sea, contra quien sea.