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Incómodos

Por: Milcíades Ortíz | Catedrático

Todo comenzó con una llamada telefónica, donde anunciaban con entusiasmo que se habían ganado un premio. Ante la sorpresa se aclaró que "por contestar el teléfono", ya habían sido escogidos para el premio.Consistía el obsequio en "dos días y una noche" en un hotel de cinco estrellas, algo alejado de la capital.

De inmediato el cortés caballero se identificó con su Licenciatura (no especificó en que disciplina) y pidió algunos datos.

Quería saber si la familia tenía tarjetas de créditos. También quiso confirmar que tuvieran un ingreso de varios miles de balboas al mes.

Luego indicó que para recibir el premio había que ir a las seis de la tarde a un sitio, donde se darían explicaciones sobre el hotel.

Esa noche la familia comentó el acontecimiento con ciertas dudas. ¿Por qué fueron seleccionados entre tantos panameños? ¿Cuál era el objeto de preguntar con insistencia por las tarjetas?.

El marido recordó que su padre le había dicho hace cincuenta años atrás "hijo, no crea todo lo que le dicen. Nadie da nada gratis en esta vida"...

Al medio día del día siguiente el señor recibió una llamada en su celular, preguntando por su esposa. De inmediato saltó la curiosidad: ¿cómo habían conseguido ese número que pocos tienen?.

Otra persona recordó el premio y quiso confirmar dos cosas: si tenían tarjeras de crédito y cuántos miles ganaban al mes.

Esa tarde antes de las seis, la pareja estaba en el sitio de la reunión. Un recepcionista volvió con las mismas preguntas: ¿tenían tarjetas? Tuvieron que mostrarlas, ¿cuántos ganaba al mes? (dicho en voz alta ante pos lo menos cuatro parejas) y... ¡si estaban casados!.

Luego vino "el asunto", lo que hay detrás del premio. Un joven lleno de palabras ofreció un "programa de visitas a cierto hotel" en el mundo... por treinta años.

Incluso pidió que se le pagara en efectivo siete mil balboas para aprovechar la oferta y unas mensualidades (que se podían descontar de las tarjetas).

El caballero está rondando los setenta años. Al hablarle de una deuda de treinta años, sintió algo frío en el estómago. Tragó saliva para no empañar la reunión, que se realizó en un salón pequeño con música estridente.

Luego de media hora de conversación, datos y ofertas, no se llegó a nada claro.

Pero en el ánimo de la pareja quedó incomodidad por la forma cómo lograron ciertos datos que son privados, la insistencia de los promotores por las tarjetas y los treinta años de deuda. ¿Esta actividad será correcta?



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