EDITORIAL
Divisiones en el PRD
El opositor Partido Revolucionario Democrático (PRD) está dando muestra de una creciente división en sus filas. La unidad que se mantenía en torno a la figura del secretario general del colectivo, a pesar de la derrota electoral de mayo de 1999, ya refleja fisuras.
Ya no se pueden ocultar las diferencias existentes a lo interno de la bancada legislativa de la principal fuerza política del país y se cuestionan las directrices en temas relativos al quehacer de la Asamblea.
Lo que enfrenta el PRD es el reflejo del desgaste al que se han sometido los políticos del gobierno y la oposición en los últimos meses. Se discuten temas estériles, se pierde el bosque por contemplar los árboles y la problemática nacional queda en segundo plano.
La cúpula del PRD enfrenta el dilema de sofocar la rebelión, vía la expulsión de los disidentes, pero enfrentando así mismo el peligro de perder el control de la Asamblea, por el medio de la cual casi cogobiernan el país. La expulsión difícilmente involucraría la revocatoria de mandato y ese es el dilema.
En los colectivos modernos, lo aconsejable y sano es respetar a los disidentes y buscar las decisiones del colectivo en base al criterio de la mayoría y tras un amplio debate. Las imposiciones pasaron de moda, forman parte del pasado y nadie sensato las soporta.
Sin lugar a dudas que Martín Torrijos mantiene aún un respaldo mayoritario en las filas del PRD, pero hay fuerzas a lo interno de su colectivo que trabajan en busca de otra opción electoral para el 2004.
Por eso el método democrático para adoptar decisiones, es la mejor fórmula para despejar los nubarrones que cubren los predios del PRD.
Los tiempos en que los grandes caudillos trazaban la línea a seguir y nadie opinaba, ya son etapas superadas. Se viven tiempos modernos, donde se debe respetar el concepto que encierra la democracia.
En temas como la ratificación o no de los magistrados que designe el Ejecutivo para magistrados de la Corte Suprema de Justicia, el uso del Fondo Fiduciario, el proyecto de Presupuesto General del Estado para el 2002 y otros temas, debe haber un amplio debate a lo interno del PRD y de cualquier otro partido representando en la Asamblea Legislativa.
El ejercicio democrático es lo que fortalece a las instituciones del país y los colectivos que no acepten eso, corren el riesgo de sufrir constantes divisiones, cada vez que exista un tema conflictivo.
La tolerancia y el diálogo es la receta para los del PRD, de lo contrario la crisis se los puede tragar.
PUNTO CRITICO |
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