Puentes vehiculares son una "trampa de muerte"

Leonardo Machuca G.
Bocas del Toro / EPASA
El inexorable deterioro provocado por un clima húmedo y la falta de mantenimiento, ha provocado que por lo menos ocho puentes ubicados en las diferentes carreteras del distrito de Changuinola, en Bocas del Toro, se hayan convertido hoy día en verdaderas trampas de muerte. Los conductores, al dirigirse a lugares como finca las 30, 60, 01,02,03,04, Las Tablas, Guabito, etc., se ven obligados a recurrir a sus mejores cualidades como conductores porque de lo contrario, igual que sus pasajeros correrían el peligro de caer al vacío y hasta perder la vida. En horas nocturnas, el dilema se acreciente, los puentes no tienen señales fluorescentes mucho menos luces y barandajes. Quienes son cortos de vista o por uno u otro motivo se entretienen. En muchas ocasiones cuando despiertan, se encuentran remendados por diferentes partes del cuerpo y postrados en una cama del hospital más cercano, esto cuando sobreviven, algunos no han podido contar la historia. Las malas condiciones de las infraestructuras que unen carreteras, provocan un promedio de una muerte por año, docenas de personas heridas y miles de balboas en pérdidas. Moradores, transportistas y usuarios en general, en innumerables ocasiones han dejado sentir su voz de protesta ante la anomalía e inclusive se ha llegado a extremo de cerrar las calles para que se les ponga atención, así lo hicieron un grupo de transportistas a la entrada de finca las 30, hace poco menos de un año, luego se implantaron algunos tablones que apenas duraron un mes en buenas condiciones. Hay algunos de estos puentes, que verdaderamente tienen preocupada a la población, ejemplo, el ubicado unos cien metros antes de la entrada a la comunidad de California. Se está cayendo a pedazos, sobre este pasan pesados contenedores con todo tipo de productos y mercancías desde y hacia Costa Rica y en cualquier momento se puede dar una desgracia. Hacia las 30, el tercero desde Changuinola, está por debajo del nivel de la carretera y aparenta no existir cuando se transita por la recta que lo preside, esto ha provocado varias muertes. El que está sobre el río Changuinola, una maravilla de la ingeniería pero destinado a dar paso a los ferrocarriles que transportan las cajas de bananos con destino al Puerto Internacional de Almirante, donde esperan enormes barcos para llevar la fruta producida por la Bocas Fruit Co., a diferentes mercados del mundo. Con el crecer de la población y la ciudad, se han adquirido una gran cantidad de autos y con el crecimiento demográfico hacia las afueras de Changuinola, es lógico el incremento de vehículos por dicho paso obligado. El problema consiste en que el tren utiliza las líneas férreas por ende son éstas la prioridad de la empresa bananera y no los tablones que utilizan los automóviles. Si transitas en la mañana en cualquier sentido sobre dicho puente, cuando regresas en la tarde, existe un 90% de posibilidades que en otro punto, los tablones o se quebraron o los clavos no soportaron, lo que en varias ocasiones ha provocado que autos pequeños y hasta de gran tamaño sufran golpes o resbalones y ya se han registrado accidentes en los que carros, bicicletas y peatones se han ido al vacío, cayendo a una profundidad de aproximadamente 30 metros. Uno de los casos más recientes fue el del joven Gilberto Santamaría, confiesa, que en fracciones de segundos perdió el equilibrio al intentar evadir uno de los baches en los tablones, cuando reaccionó estaba prácticamente con el 75% de su cuerpo en el aire y la motocicleta en que viajaba cerca del otro borde. Fueron segundos de agonía, mirar hacia los lados y nadie venía para ayudarlo, ver hacia abajo presentaba un cuadro espeluznante, pues la caída sería sin lugar a dudas fatal. El deseo de vivir y las plegarias al Todopoderoso, fueron la combinación perfecta para salir de la situación que dejó traumado a Santamaría, tanto así, que ahora cruza el puente caminando y tirando de su silenciosa motocicleta, aun cuando se demore unos 15 ó más minutos en la travesía. Hasta la fecha, no hay quién le ponga el cascabel al gato, muchos de estos puentes eran responsabilidad de la compañía bananera pero sus administradores, hábilmente han logrado traspasar responsabilidades al gobierno por medio del Ministerio de Obras Públicas (MOP). Actualmente los bocatoreños se rascan la cabeza y preguntan, si la responsabilidad es del MOP y esta Dirección Regional ha sido centralizada en Chiriquí, ¿qué tendrá más prioridad: los puentes lugareños o los de la hermana provincia?. Lo cierto es que los tambores de guerra están sonando, moradores de las comunidades antes mencionadas planean irse a las calles si no se enfrenta el mal ya que uno de sus vecinos de Finca las 30, perdió la vida, cuando precisamente regresaba de la iglesia a bordo de un busito que calló al vacío.
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