EDITORIAL
Uso del Fondo Fiduciario
Las fuerzas políticas y empresariales que participan en el Diálogo Nacional para reactivar la economía del país, acordaron reformar nuevamente la ley sobre el Fondo Fiduciario para el Desarrollo (FFD).
Aunque no se han definido las reformas, es conocido que el gobierno pretende que se permita utilizar el capital del Fondo, con el fin de comprar a descuentos nuestra propia deuda con la banca comercial.
El Fondo Fiduciario tiene actualmente un saldo superior a los 1,300 millones de balboa, dinero que representa un ahorro del país, que no puede desaparecer por arte de magia.
La mayoría de esa deuda que se busca pagar con el FFD fue contratada por la dictadura militar durante un período en que el acceso al crédito era fácil y los bancos no imponían tantas condiciones como ahora.
No resulta fácil desprenderse de un Fondo que ha sido alimentado con la venta de empresas públicas como el IRHE, INTEL, Casinos y las áreas revertidas, que constituían el patrimonio de la Nación, y por ende de todos.
Lo más preocupante de todo es que la propuesta que hoy se pretende introducir fue presentada en diciembre de 1999 por el entonces ministro de Economía, Víctor Juliao, y fue rechazada por la misma oposición que ahora discute una iniciativa un tanto similar.
Sin duda que nuestros políticos bailan al son que le toquen. Lo que ayer era malo, ahora les resulta bueno. La propuesta de reducir la deuda, para que no consuma más del 20% del presupuesto anual del sector público, no es mala. La pregunta es por qué no se actuó entonces -en diciembre de 1999- con la misma responsabilidad que ahora se pretende proyectar hacia la opinión pública.
Ya antes se aprobó una reforma a la ley del Fondo Fiduciario para permitirle al gobierno el uso anticipado de 559 millones de balboas de los intereses generado por el dinero de las privatizaciones. No podemos estar improvisando cada año reformas y ver al FFD como una mina inagotable de recursos.
Ojalá que la alternativa que se busca ahora sea la mejor para superar la situación de crisis económica que enfrenta el país. Ya es tiempo de superar la política tradicional, y efectuar aportes e ideas significativas, sin egoísmo, porque el país es de todos.
PUNTO CRITICO |
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