El alto costo del combustible también afectó a humildes campesinos, que aunque carecen de vehículos deben utilizar el kerosene todas las noches para alumbrarse ante la falta de sistemas de electrificación en áreas alejadas e inaccesibles del norte de Penonomé.
Elías Figueroa, reside en una apartada comunidad de Tulú en el norte de Penonomé, se ve golpeado por la situación económica que viven a diario, a lo que se une ahora el alto costo del kerosene, mismo que utilizan para alumbrarse en las noches.
Este humilde campesino dijo que una botella les cuesta un balboa, pues antes costaba la mitad, y por semana consumen más de tres botellas, “está muy caro y hay que rebajarlo”.
Pablo Medina, otro afectado, manifestó que para ellos el aumento es fatal, porque lo utilizan para prender el fogón y alumbrar en las noches.