Bobby Green (Joaquín Phoenix) no quiere saber nada acerca de la vida profesional de su familia. Se cambió el apellido para que nadie lo relacionara con la Policía neoyorquina. Pero estamos en 1988, el tráfico de drogas en Nueva York va en ascenso, Bobby intenta mantenerse alejado del gángster ruso que usa su discoteca como pantalla. Bobby no se lleva bien con su hermano policía, y su padre Burt (Robert Dubai), es el legendario jefe adjunto de la Policía.