Con alambre de púa una empresa privada cercó el acceso público a la playa La Boca de Río Hato, ubicada en Antón.
La medida causó molestias, debido a que ahora los trabajadores del mar no pueden pescar y los residentes no pueden entrar a la playa, ya que es propiedad privada.
Según los afectados, las autoridades deben tomar cartas en el asunto, porque la playa no puede venderse y mucho menos cercarse.
Al respecto, el alcalde Roger Ríos manifestó que realizará una inspección en el área para establecer dónde está la servidumbre pública que garantiza el acceso a la playa.