Ya lo tenemos todo. Una casa, un coche y los niños correteando por ahí. Ahora toca mantenerlo todo. La casa y su hipoteca se llevan gran parte del presupuesto familiar. Sin contar con las facturas de luz y agua. Una posible reunión de vecinos para arreglar el tejado o pintar la fachada podría darnos ardores de estómago.
El automóvil es otro de los sacos sin fondo de la economía familiar. La gasolina, las reparaciones, los impuestos de matriculación y el seguro. Es como un hijo más.
Los niños. Que majos son los niños. Que lindos y divertidos. Pero comen como limas. Se nota la diferencia sobre todo en la cesta de la compra. También hay que contabilizar el gasto en colegios, academias particulares, clases de música o pintura, inglés u otros idiomas... la lista sería interminable. |