MENSAJE
Mejor perder un pie que la vida
- Hermano Pablo
- Costa Mesa, California
"Hay ostras gigantes aquí
abajo - dijo el guía polinesio-. Son algo digno de ver". Las
suaves ondas del Pacífico sur bañaban los arrecifes de coral,
y verdes algas marinas derivaban indolentes. Rudolph Kaiser, joven deportista
de 27 años de edad, de Alemania Occidental, quiso bajar a investigar.
Se puso su equipo de bucear y se arrojó el agua. En verdad las
ostras gigantes eran maravillosas. Pero en un descuido su pie quedó
atrapado entre dos ostras y unas rocas. El oxígeno comenzó
a acabarse, la situación se agravaba, la desesperación crecía.
Rudolph tomó una medida heroica. Con su cuchillo de hoja de sierra
se amputó el pie. Subió a la superficie con un pie menos pero
con la vida entera. Sus palabras fueron: "Más vale perder un
miembro del cuerpo que perder toda la vida".
Justamente, amigos, estas palabras las pronunció Jesús.
"Por tanto, si tu ojo derecho, o tu mano derecha, te son ocasión
de caer - dijo El-, córtalos y échalos de ti; mejor te es
entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado
en el fuego eterno. (Mateo 18:8)
El ser humano es tentado a través de los sentidos, especialmente
el de la vista; y comete pecados con sus sentidos físicos. Obviamente
el señor no hablaba en forma literal. La verdad es que una persona
pudiera de veras amputar uno de sus miembros y seguir pecando comoquiera.
Lo que Jesús estaba diciendo era que debemos tener todos nuestros
sentidos y órganos bajo control y sujeción. Es el descontrol
de nuestros miembros (cuyo control Dios pone bajo nuestra responsabilidad)
lo que produce todas las consecuencias adversas que nos vienen encima.
Sólo Jesús puede, entrando a nuestro corazón, darnos
la fuerza de voluntad para comportarnos con la rectitud que lleva a una
vida victoriosa. Todos, amigo, necesitamos a Jesucristo. Déle entrada
a su corazón.
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