 |
Diego Maradona saluda al portero colombiano René Higuita.  |
Finalmente, Diego vivió su partido de homenaje en La Bombonera. Se puso la camiseta "10" de la Selección Argentina y aportó algunos toques con su talento. Además, se dio el gusto de convertir dos goles, ambos de penal. Para el equipo de las Estrellas jugaron Francescoli, Riquelme, Stoichkov y el Pibe Valderrama, entre otros.
El partido terminó 6-3, con goles del Piojo López, Aimar (2), Maradona, de penal (2) y Castromán. El croata Suker, el francés Cantoná y el colombiano Higuita, de penal, anotaron para las Estrellas. El brasileño Pelé, quien estuvo en uno de los palcos, recibió una tremenda silbatina.
Una verdadera fiesta. Una Bombonera repleta, con más de 50 mil espectadores, fue testigo de una jornada por demás emotiva. En el arranque, nomás, se escaparon las primeras lágrimas: Maradona ingresó a la cancha con sus hijas, Dalma y Giannina y con uno de sus sobrinos. Detrás del "10" apareció el seleccionado argentino y el equipo de las estrellas.
"Diegoooo, Diegooooo", se escuchó de manera inmediata. Diego, con la emoción inocultable, besó a sus hijas y, con alguna lágrima en su rostro, se acercó hacia los palcos, para saludar a su esposa, Claudia, y a sus padres, Don Diego y Doña Tota.
Luego llegó el momento de las presentaciones y los hinchas también jugaron su partido: silbidos para los jugadores que actuaron en River, Burgos, Sorín, Aimar... y ovaciones para quienes defendieron los colores de Boca, Samuel, Kily González, Verón... y obviamente, la ovación mayor de la tarde: "Diegoooo, Diegooooo".
Otra de las notas de color de la tarde fue la silbatina para el brasileño Pelé. El ex capitán de Brasil se asomó para saludar desde uno de los palcos y recibió la reprobación de los más de 50 mil simpatizantes que colmaron el estadio. Pese a todo, el brasileño no perdió la sonrisa y continuó con sus brazos en alto. "Diegooooo, Diegooooo", fue la respuesta de los hinchas al saludo de Pelé, quien estuvo acompañado en el palco por Julio Grondona, titular de la AFA y vicepresidente de la FIFA.
MUSICA Y FUTBOL
La fiesta comenzó poco antes de las 15, con un recital de Los Piojos y Los Ratones Paranoicos.
Ambos, como no podía ser de otra forma, entonaron sus respectivas canciones compuestas en homenaje a Maradona. Luego llegó el turno del himno argentino, entonado por Luciano Pereyra, ya con los jugadores adentro del campo de juego.
El plato fuerte, claro está, comenzó a las 16: el enfrentamiento entre la Selección Argentina, que conduce Marcelo Bielsa, con Diego como capitán, contra un equipo de estrellas, con Francescoli, Riquelme, Stoichkov y el Pibe Valderrama, entre otros.
Ganó la Selección Argentina por 6-3, aunque el resultado es una anécdota. No obstante, hubo algunos hechos destacables: la actuación de Francescoli, quien demostró su clase con algunas habilitaciones precisas de "taquito", la posición de Riquelme (aportó su talento como volante central), el golazo del croata Davor Suker, el carisma del colombiano René Higuita, quien ensayó su "escorpión" y se ganó la ovación de todo el estadio.
¿Y Diego? Pidió siempre la pelota e intervino bastante en el juego, metió pelotazos y algunas habilitaciones muy claritas para el Piojo López, quien protagonizó un duelo aparte con el arquero de Boca, Oscar Córdoba. Dos cosas quedaron bien claritas: Diego ya no tiene la respuesta física necesaria para la alta competencia, pero goza del mismo talento en sus pies y mantiene intacta la pegada de su zurda.
Hasta se dio el lujo de convertir dos goles, ambos de penal. Diego le pegó en las dos ocasiones de forma parecida: suave, con mucha clase, junto al palo izquierdo. El legendario René Higuita fue contra el otro palo ambas veces. ¡Gol de Maradona!. Y un festejo esperado: se sacó la camiseta de la Selección y empezó a revolearla... La sorpresa: abajo tenía puesta la casaca de Boca, la que le regaló Juan Román Riquelme. "Diegoooo, Diegooooo", volvió a sonar con fuerza hasta el final.
La fiesta se cerró como había comenzado: a corazón abierto. Fuegos artificiales, más canciones de los hinchas y el llanto de Diego quien -aún emocionado- quiso seguir jugando para la gente. Para su gente. Tanta era la emoción que hasta Germán Burgos se largó a llorar. Por el fútbol, por las alegrías, por este homenaje emotivo... Gracias, Diego. Hasta siempre, Comandante. |