CUARTILLAS
Patria
 
Milciades A. Ortiz Jr.
Colaborador
En una conferencia
sobre los efectos de la globalización y los medios de
comunicación, un estudiante avispado pidió que
se le dijera qué habría que hacer para evitar lo
negativo de ella.
Un profesor dijo con mucho tino que había que reforzar
lo panameño, lo nacional, aumentar el amor a la patria,
resaltar lo bueno que hay en nuestro país, estimular la
artesanía y otras acciones en ese sentido.
Estoy completamente de acuerdo con ese colega. La globalización
es un fenómeno económico que surge luego que se
acaba el comunismo ruso. Ahora el mundo no está dividido
en dos "esferas de poder", EE.UU, y Rusia, sino en
un solo bloque económico militar, Estados Unidos.
Entonces el capitalismo aprovecha esta situación para
expandirse a todo el mundo, y aumentar sus riquezas e influencia
sociopolítica. La fórmula es la bendita palabra
"globalización", que si quisiéramos definirla
chistosamente significa "compra solamente artículos
de los países poderosos, para que nosotros seamos más
fuertes".
Como nuestras economías son débiles y quienes
producen no tienen ayudas financieras ni tecnológicas
adecuadas, los primeros que sufren la "globalización"
son los campesinos y productores. Ya lo vimos con el absurdo
económico de bajar los aranceles, como hizo despiadadamente
el gobierno de Pérez Balladares.
Miles de productores de sal, cebollas, papas, lechugas y azúcar
comenzaron a perder dinero, porque "sale más barato
comprar esos productos afuera" que producirlos en Panamá.
Lo que no dicen es que los países fuertes como E.U.
producen barato por la tecnología, el uso de recursos
económicos que les brinda el gobierno, cosa que no ocurre
con nuestros países subdesarrollados.
Por eso es que hay que aumentar el amor a la patria, resaltar
nuestros valores (aunque sean pocos), para defendernos de una
globalización que puede destruir las nacionalidades de
los países pequeños.
Ahora que estamos en el mes de la patria, debo decir que creo
que la actual juventud carece del espíritu nacionalista
de nuestra generación de los años cincuenta y sesenta.
A excepción de las actividades estudiantiles radicales
del FER 29 y el PAT, que muchas veces no se refieren a lo nacionalista
(exaltan más al Che Guevara que a Justo Arosemena y Victoriano
Lorenzo), no notamos en la actual juventud un nacionalismo puro,
sin amor a la patria, con todos sus errores y limitaciones.
Parece que a esta juventud "no le importaba nada"
que no sea la pachanga y los placeres. El hecho que el Canal
será entregado a Panamá, para su manejo y administración
en pocas semanas, no despierta la euforia nacionalista que debía
tener. Ser soberanos al fin en todo nuestro territorio, pasará
"sin pena ni gloria" por esos jóvenes que en
su mayoría ignoran la lucha generacional, que costó
muchas vidas y sacrificios.
La culpa la tienen la escuela, familia, los mismos medios
de comunicación, veintiún años de una dictadura
militar que incluso tuvo dictadores, que eran agentes de la CIA,
(traidores a la Patria). El enriquecimiento ilícito, el
lavado de dinero que se nota en algunos sitios de la capital,
tal vez tengan algo que ver con la falta de nacionalismo en muchos
jóvenes.
Entraremos en un nuevo siglo con la amenaza de una globalización
que quiere borrar la identidad nacional. Manejaremos una de las
ocho maravillas del mundo moderno y pasaremos de los diez años
de democracia efectiva en Panamá.
Tantos retos exigen una juventud con un fuerte sentido nacionalista,
con un gran amor a la patria, para conseguir que este pequeño
país siga hacia adelante. ¡Ojalá ellos recapaciten
a tiempo y asuman esta responsabilidad histórica!
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