PRI cierra campaña se histórica de primera elección primaria

Agencias
Internacionales
Un acto colectivo de fe democrática y duros ataques a la iniquidad del aparato partidario cerraron ayer miércoles la campaña hacia la histórica primera elección del candidato presidencial de la fuerza política que gobierna México desde hace 70 años. Cuatro aspirantes que disputarán el domingo esa nominación se reunieron en la sede del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para renovar compromisos con la democratización partidaria y con un necesario cambio económico y social en México. Durante el acto, uno de los postulantes reiteró abiertas críticas al incumplimiento de las reglas en el inédito proceso interno y otro de ellos advirtió sobre el grave daño que pueden provocar "inercias regresivas" en el partido que gobierna México desde 1929. "No ha habido competencia acorde con las reglas. Los gastos han sido escandalosos. La cargada (presión de la cúpula partidaria y del aparato oficial en favor de uno de los aspirantes) ha sido avasalladora y no se ha retirado", denunció Manuel Bartlett. Al menos 6,5 millones de mexicanos, sin importar que militen o no en el PRI, votarán el domingo por el candidato oficialista a la elección presidencial de julio del 2000 de la que surgirá el sucesor de actual mandatario, Ernesto Zedillo. "México tiene que cambiar", afirmó, en tanto, el ex gobernador del sureño estado de Tabasco, Roberto Madrazo, ubicado por sondeos previos a la primaria en el segundo en segundo lugar de preferencia en el voto. Labastida, destinatario de los ataques de Bartlett y Madrazo por su participación en el gobierno de Zedillo, cuyo gabinete político presidió hasta mayo como secretario de Gobernación, sostuvo, sin embargo, que la unidad del PRI saldrá democráticamente fortalecida de la elección primaria. "Las bases (del PRI), con su voto, conquistarán el poder", dijo. El cierre de la campaña hacia la inédita elección fue precedido el miércoles por acusaciones de vínculos con "el villano favorito" del país. El otrora poderoso ex presidente Carlos Salinas, que se ganó esa distinción luego de terminar su mandato en 1994, volvió así a un involuntario protagonismo desde su autoexilio en Irlanda. Labastida y Madrazo, trabados en dura lucha proselitista, se acusaron mutuamente de tener un pasado o el auspicio "salinista" para aspirar a la Presidencia de la nación. El fuego, cruzado a través de cortos publicitarios finales en cadenas televisivas, revivió, esta vez al interior del PRI, la polémica nacional sobre la figura del ex jefe de Estado, quien se marchó de país en 1995. Sondeos de intención de voto de los diarios El Universal y Reforma dieron ayer miércoles a Labastida ventajas de 18 y 11 puntos porcentuales, respectivamente, sobre Madrazo, ex gobernador del sureño estado de Tabasco. Humberto Roque, un ex presidente del PRI convertido en el precandidato con menores opciones de triunfo, sostuvo ayer miércoles que su partido debe cumplir, de manera esencial, sus compromisos hacia la consolidación democrática. "Nadie hubiera pensado que nuestro partido tendría esta capacidad de transformación", dijo.
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