El olor a sangre se destapó en las últimas horas del sábado y las primeras del domingo.
A la Sala de Urgencias del Hospital Santo Tomás llegaron más de 5 personas chorreando sangre en menos de tres horas, procedentes de distintos puntos de la ciudad capital.
Heridos con arma blanca, baleados y otros con la piel rota a punta de vidrios de botellas ingresaron al hospital, algunos por sus propios medios y otros con ayuda de policías, familiares o amistades.
Trascendió que las riñas registradas en puntos como El Chorrillo, Santa Ana y Curundú, fueron producto de rencores no sanados animados por la ingesta de alcohol en cantidades no medidas.
Lo cierto es que ayer, domingo, con la piel viva y los sentidos despiertos, el dolor era inmenso para las víctimas.