Mientras los Gobiernos de los países industrializados y de las principales economías emergentes tratan de centrar sus baterías en la solución de la actual crisis financiera, provocada por las llamadas "hipotecas basura", algunos economistas intentan reconducir el debate hacia otros horizontes.
Es el caso del chileno Juan Somavía, que ostenta el cargo de Director General de la Oficina Internacional del Trabajo (OIT). Somavía estima que la salida del desajuste estructural pasa forzosamente por el reflotamiento de la "economía real"
El Director General de la OIT estima que la situación económica mundial es, ya de por sí, sumamente frágil. En efecto, según los estudios realizados por la OIT, la crisis financiera podría tener un serio impacto en los niveles de vida de los habitantes de nuestro planeta. Se calcula que, para finales de 2009, el número de desempleados registrará un aumento del 10%. Con ellos, el paro superará, por vez primera en la historia, la cifra de 200 millones de personas. Los sectores más afectados por la destrucción de empleo serán la construcción, la industria automovilística, la Banca, los servicios y el sector inmobiliario.
Para la OIT, es preciso que los Gobiernos centren sus esfuerzos en la protección de las personas, de las empresas, de la llamada "economía real". Somavía sugiere cuatro ejes clave de medidas, que podrían resumirse de la siguiente manera: restablecimiento de la capacidad crediticia de los institutos financieros; apoyo prioritario a los sectores sociales más desfavorecidos - pensionistas, desempleados, dirigentes de las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES), principal fuente generadora de trabajo - promoción de políticas públicas eficaces y la regulación del trabajo en las empresas y recuperación de la función primitiva de la Banca, que consiste en sostener la economía real a través de la financiación de aquellas empresas que apuestan por la producción y la innovación, así como la creación de nuevos puestos de trabajo.