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Enrique Jaramillo Levi  |
En un país ribereño de un canal internacional, en el que el comercio es la actividad primordial; donde hace treinta años la mayoría de los presidentes se rodeaban de poetas; con un archipiélago de problemas sociales, ser poeta es cargar un cilicio, describió el escritor y periodista Alvaro Menéndez Franco.
En broma y en serio comentó ante un selecto público en la clausura de la mesa redonda "La Creación Literaria: Experiencias, Imaginación y Oficio" que "a veces tenemos 14 lectores, de los cuales la mitad son nuestros hijos y la esposa".
Un viejo amigo le preguntó "por qué sigues en esto si a los libros le salen pelos. No tienes la garantía de que dedicando y regalando un libro lo lean". A lo que Menéndez Franco respondió que los creadores tienen una fe absoluta que esta situación se revertirá con actos en las universidades y con el deseo de la lectoría por el conocimiento.
En septiembre de 1947, con motivo del cuatricentenario del natalicio de Miguel de Cervantes Saavedra, el Ministerio de Educación creó un concurso literario en todas las ramas y Menéndez Franco, cursando segundo año de la secundaria, presentó un cuento titulado "Nuestras Raíces" con el cual ganó. Desde entonces brota su inspiración.
"Algunos de mis cuentos salieron del bullicio de la sala de redacción, en medio de los periodistas armando, ese poema de cada día que es el diario", apuntó el también cuentista, quien señaló que el narrador es un mentiroso que miente bellamente. Detalló que el cuento es más personalista, mientras que la novela es colectivista y la poesía es ultra personalista.
Seguidamente hizo su aparición el escritor y abogado, Juan David Morgan, quien se inclina por la novela histórica, pues según él, nos han contado mal nuestra historia. Disciplina y dedicación requiere la literatura, donde no existe la ficción pura, ya que estamos condicionados por realidades que vivimos diariamente, arguyó Morgan.
Hizo alusión a Víctor Hugo, fundador del romanticismo, de quien mencionó era un ensayista que narraba de manera omnisciente y más aún un narrador entrometido que cambia y trae al lector a la época que le corresponde vivir.
Añadió Morgan que los literatos escriben hoy en día en competencia con los medios de comunicación, por lo que la literatura que se escribe es muy diferente a la que se esperaba de los grandes maestros. Por su parte, el literato Enrique Jaramillo Levi acotó que para que el futuro de la creación literaria prospere en Panamá debe haber becas, estímulos de palabra, crítica científica y mejorar las cosas negativas como que en Panamá no se le paga por ley al escritor como se hace en México.
Sobre este punto, Alvaro Méndez Franco dijo que en nuestro país sólo se paga el 10 % de las ventas de los libros a los escritores, sin embargo, paradójicamente en estos momentos la gente escribe más que nunca. |