El presidente George W. Bush visita el fin de semana la Florida en busca de votos para mantener a su hermano Jeb en la gobernaduría mientras que los demócratas Bill Clinton y Al Gore tratan de recuperar ese estado para su partido.
Los demócratas han hecho del apoyo a Jeb Bush una meta clave para la elección del martes, y han aportado dinero y recursos humanos al estado para desquitarse del fracaso de Gore en el 2000, avergonzar al presidente y sentar las bases para recuperar la Casa Blanca en el 2004.
Bush ha contrarrestado esas medidas recabando millones de dólares para su hermano y realizando con frecuencia campañas en Florida. Ayer, en su segunda visita en dos semanas, viajó a Tampa para hacer campaña a favor de la causa republicana. Clinton planeaba hacer lo mismo con el candidato demócrata Bill McBride en el sur de Florida.
El vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer, dijo que no es sorprendente que los demócratas usen todas sus armas porque han hecho de está una prioridad electoral, mientras el presidente viajaba a Tenesí, en una escala de la campaña.
Es el duelo de los presidentes'', dijo Susan MacManus, profesora de ciencia política de Universidad del Sur de la Florida. Gore, que perdió la presidencia hace dos años en una disputadas elecciones, precisamente en la Florida, acudirá a mítines con los representantes Corrine Brown y Carrie Meek, hoy y con McBride, mañana. |