Federico Sánchez, campesino de 59 años, quien no sabe leer ni escribir, fue sacado de su casa en La Pintada por unos tipos que lo llevaron hasta Chiriquí para enredarlo en un negocio que prácticamente le embargó su cheque de jubilado.
Los tipos lo llevaron a Chiriquí y le dijeron que cogiera unos muebles en una mueblería, y que podía pagarlos cuando el Seguro Social le devolviera cerca de B.10 mil que ellos le estaban consiguiendo.
Ahí lo dejaron, en una acera chiricana, y nunca los volvió a ver. A los días llegó a su casa un camión lleno de muebles, y el cheque se le recortó a la miserable suma de 35 dólares mensuales.
Como no sabe leer ni escribir, Federico firmó papeles.
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