Saludos amigos y amigas del béisbol, bienvenidos a otra jornada de la pelota criolla, hoy en el miércoles de numeritos, miremos hacia la Serie Mundial donde todo es como el oro, pero también miremos a nuestra serie mundial de penurias, con un béisbol que sufre, que no termina de levantarse y que ha tenido un año de vergüenza y dolor.
Hoy, cuando inicia la Serie Mundial sin peloteros panameños en el terreno, con la presencia de Roberto Kelly como "coach" de primera base de los Gigantes, saquemos un tiempo para meditar sobre el trabajo de unos pequeños en tierras colombianas que terminaron con pocas glorias y muchas penas.
Terminado el torneo, un dirigente (mal llamado entrenador) tiró todo el trabajo de una nación, de un equipo, a la basura.
Sacar a unos niños del terreno y decir que asume la responsabilidad es una política barata.
Franz Wever, antes de que se den las elecciones, debe y tiene la obligación de suspender de por vida al entrenador de esa selección infantil, Edgar Chávez, y suspenderlo de por vida del béisbol nacional.
Señor Wever, en nombre de este deporte, haga justicia y que se imponga un castigo a quienes ponen en peligro el futuro de este deporte y la actuación de Panamá en torneos futuros.
¡Viva el béisbol!