CREO SER UN BUEN
CIUDADANO
Sin embargo, no atiendo a los ancianos
El viejo de la casa es un "mal inevitable". Así se le escuchó decir a un marchante en una céntrica cafetería de la ciudad. Y ese es un buen retrato de lo que piensan la mayoría de los mortales en esta sociedad de almas de hierro y principios marchitos. Al anciano no se le quiere, no se le respeta, no se le acompaña, y mucho menos se le soporta. Es triste ver a tanta gente de edad aburrida, en cuartuchos oscuros y malolientes, descuidados y abandonados por sus hijos y nietos, quienes solo aparecen los días de pago a los jubilados. Pocos queremos entender que el viejo pronto seremos nosotros, y será tristes sabernos solos.
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