EDITORIAL
Partidas circuitales
Las millonarias partidas circuitales asignadas a los legisladores es un tema que debe reglamentarse cuanto antes. Frente a la estrechez económica que vive el país, no se pueden asignar fondos públicos para que se utilice al antojo de los llamados "padres de la patria". En el pasado período se destinaron 188 millones de balboas en partidas circuitales. Con esos dineros, originados de los impuestos que todos pagamos, se costean ligas deportivas, se pagan entrenadores de diversas disciplinas, se otorgan becas y se construyen obras. Hasta ahora no existe una reglamentación para dispensar el mejor uso de esos fondos estatales, se disponen de los mismos, sin hacer una mayor evaluación de las necesidades de las comunidades, algo así como lo que nada nos cuesta, hagamos fiesta. Todavía no se conoce cuál es el mecanismo de control para evitar el fraude, desvío de fondos y sobrefacturación de los proyectos. La Contraloría sólo se limita a revelar los montos que se le asignan a cada legislador, y a desarrollar alguna investigación, cuando se produce alguna denuncia ciudadana. La discusión del próximo Presupuesto General de la Nación que ya se inició en el Palacio Justo Arosemena, debería dar paso a establecer mecanismos de control y selección de proyectos que se desarrollen con las partidas circuitales. Con la reforma al Reglamento Interno de la Asamblea, que le permite a ese órgano preparar y administrar sus presupuestos de funcionamiento e inversión, existe el peligro de que persista o incremente el manejo incontrolable de las partidas circuitales. Para nadie es un secreto que algunos legisladores controlaban tras bastidores organismos no gubernamentales y empresas que recibían desembolso de los fondos asignados a ellos para desarrollar obras en los circuitos electorales. En bien de su propia imagen y para evitar tentaciones, desde la propia Asamblea Legislativa debe surgir la iniciativa para impedir abusos con las partidas y que establezca parámetros bajo los cuales se deben financiar y seleccionar las obras a favor del pueblo, que hasta ahora muy poco beneficios tangibles ha recibido de esa danza de millones.
PUNTO CRITICO |
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