El Manchester United tuvo ayer la última palabra en el duelo anglo-escocés de la Liga de Campeones, que remataron los hombres de Alex Ferguson con un contundente 3-0 en Old Trafford ante un Celtic que, pese a ir por todas, fue decayendo progresivamente hasta rendirse al innegable potencial del campeón inglés.
Se trata de un resultado importantísimo para los "Diablos Rojos" dentro del grupo E y deja, en cambio, al once escocés en graves apuros.
El Celtic de Gordon Strachan, con Gary Caldell como novedad de última hora en el equipo titular formando parte de un medio- campo de cinco jugadores, tardó unos veinte minutos en entrar en el partido, y a partir de ahí, plantó cara sin complejos a su anfitrión.
Los escoceses superaron un arranque en el que jugaron aturdidos ante las embestidas continuas del campeón inglés.
Al United le faltó el central Rio Ferdinand en el corazón de la defensa -con Johnny Evans como reemplazo- pero los de Glasgow no tuvieron puntería.
El extremo portugués, Cristiano Ronaldo, titular pese a las dudas de último momento por una leve lesión de tobillo, tuvo en su poder la primera ocasión de desnivelar el marcador a los pocos minutos.
Fue un hombre incómodo para los pupilos de Strachan. El goleador luso volvió a incomodar a los zagueros del Celtic y se unió a Wayne Rooney en el trabajo de presión.