El 12 de agosto del 2003, bajo la administración de la ex presidenta de la República, Mireya Moscoso, se dio la orden de proceder de la ampliación y reconstrucción de la carretera Interamericana tramo de Aguadulce a Divisa, un tramo carretero de unos 19.5 kilómetros por un valor de B.16,927,431.50, con bonos de el estado, responsabilizándose a la Constructora del Istmo.
En ese entonces la noticia de este proyecto de vital importancia, fue recibida con buenas expectativas, tanto por las autoridades locales como la población.
Hoy, este tramo carretero es objeto de disgustos entre la población coclesana, por el completo abandono en que se encuentra, porque sólo abunda herbazales y lodo, convirtiendo la carretera en una trampa de muerte, al no contar con hombros, ni peatonales.
Tramos como la Quijada del Diablo ya han cobrado vidas en accidentes automovilísticos y todo por la falta de señalización y anuncios de la finalización de la doble vía.