Muchos panameños tomaron al pie de la letra las promesas del nuevo gobierno de "cero corrupción". Pensaron que en pocos días verían a sinvergüenzas del pasado metidos en la cárcel.
Viéndolo bien, el asunto no es tan fácil. Los corruptos son como los gatos: entierran muy bien su "caca".
Así que no creo que sea fácil encontrar pruebas de chanchullos mayores. Imagino que por allí se descubrirán cositas negativas, pero en realidad serán pequeñas.
Queriendo conocer lo que piensa la gente humilde, me fui al parque de los aburridos (del dominó).
La experta en hojaldres conocida como "La Panga" dijo que "a mí no me importa en realidad si meten a la cárcel a los corruptos, porque siempre los ha habido en todos los gobiernos anteriores".
Mi mirada fue de asombro ante semejante afirmación de la trabajadora. Ella explicó que "mire señor periodista, todos los panameños malos o buenos, son hijos de Dios y pueden comer mis hojaldres. Así que el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra, como dice el mejor libro del mundo".
No quise alegar nada ante tan contundente respuesta. Pero el ex pescador de Puerto Caimito, el flaco "Cojinoa" no pensaba igual.
"A todos los que se enriquecieron ilegalmente deben meterlos a la reja y botar la llave para que se pudran allí", dijo en alta voz.
Luego murmuró que "mientras nosotros los pobres nos fregamos mucho para conseguir qué comer, unos bandidos politiqueros se roban fortunas y no les hacen nada". Encontré al Cholito Mesero del viejo café de Santana asesorando a un jugador de dominó.
Me explicó el bellaco mesero que ahora habían bajado las propinas por el miedo de muchos funcionarios a que los boten, tenía que arreglárselas asesorando en el dominó.
Ante mi pregunta lanzó una "trompetilla" y dijo que "lo que realmente quiere la gente es que Martín le dé empleo a los que están en la lama".
"¿Y los corruptos?", pregunté curioso.
"Bueno, que los nombren de embajador y cónsul en Irak y Afganistán para que allá nos hagan el favor de eliminarlos", dijo riéndose.
El gordo "Tamboril" afirmó que con meter a la cárcel a un solo corrupto bastaría para darle miedo a futuros sinvergüenzas".
