La ministra de Desarrollo Social, María Roquebert, dijo que cada vez que se produce la muerte de una víctima inocente o cualquier hecho violento en los barrios populares, es derrotada la institución en la ejecución de sus proyectos y la comunidad que desea paz.
Roquebert explicó que desde que han ejecutado los programas dirigidos a resocialización de pandilleros y personas que desean salir de este mundo violento, se han presentado dos grandes obstáculos, que son: no poder ofrecer plazas de trabajo a esos muchachos y la incapacidad del Estado en materia de centros de rehabilitación para esas personas.