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Ante los líderes del Congreso de EU, George W. Bush firma la resolución sobre Irak.  |
El presidente estadounidense George W. Bush advirtió que Bagdad sería "imprudente" si duda de la determinación estadounidense, mientras firmaba una resolución adoptada por el Congreso que lo autoriza a librar un guerra contra Irak.
"No ordené el uso de la fuerza", indicó Bush en la Casa Blanca, pero agregó que "el régimen iraquí debe abandonar las armas de destrucción masiva o, por la paz, Estados Unidos liderará una coalición mundial para desarmar al régimen" de Saddam Hussein.
"Si alguien duda de la resolución de nuestra nación, de nuestra determinación, serían inprudentes en ponerla a prueba", agregó el presidente, rodeado de legisladores de los dos principales partidos y de las dos cámaras del Congreso estadounidense.
Los asesores de la Casa Blanca esperan que la resolución, que autoriza a Bush a lanzar un ataque unilateral cuando él decida que la diplomacia no surte efecto, presionará a las Naciones Unidas a confrontar al líder iraquí Saddam Hussein.
Bush quiere que el Consejo de Seguridad de la ONU adopte una nueva resolución, que cree un nuevo régimen de inspección de armas y que advierta explícitamente a Bagdad de las consecuencias si Irak no abandona los programas de armas nucelares, químicas y biológicas. Pero Francia y Rusia, que al igual que Estados Unidos tiene poder de veto, rechazaron la iniciativa de Washington, lo que seguramente hará difícil el debate en el Consejo sobre Irak.
DEBATE ABIERTO EN ONU
Mientras Bush firmaba la "sentencia" contra Saddam, las naciones del mundo se enfrascaban en Nueva York en un debate sobre Irak, que se celebra en Naciones Unidas a pedido del Movimiento de Países No Alineados, grupo que ha expresado su rechazo a un eventual ataque estadounidense contra Bagdad.
El debate público del Consejo de Seguridad - convocado para discutir la nueva resolución sobre Irak que está siendo debatida duramente por los quince miembros de esta instancia-, fue abierto por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, que instó a dar una "última oportunidad" al régimen iraquí.
En su discurso, Annan llamó a los miembros del Consejo de Seguridad (que siguen sin ponerse de acuerdo sobre los métodos que se deben emplearse en Bagdad), a unirse en una nueva resolución que daría más fuerza a los inspectores de desarme.
"Nada debe obstaculizar a los inspectores de desarme de la ONU", declaró Annan, en un discurso que fue leído por la subsecretaria general de la ONU, Louise Fréchette, ya que el Secretario General se halla en gira de 12 días en Asia.
"Irak debe cumplir con esas resoluciones y debe implementar el programa de desarme requerido por las resoluciones del organismo", reafirmó Annan. "Y si Irak no usa esta última oportunidad, y persiste en desafiar a la ONU, el Consejo deberá entonces hacer frente a sus responsabilidades", advirtió el jefe de la ONU.
Una tercera parte de los 191 Estados miembros de la ONU va a participar en el debate, que fue solicitado la semana pasada por el embajador sudafricano Dumisani Kumalo, el presidente en ejercicio del Movimiento de Países No Alineados, que reúne a 114 naciones.
Kumalo, quien fue el primer delegado que tomó la palabra después de la lectura del mensaje de Annan, expresó su preocupación por resoluciones "que abren la posibilidad de un ataque de un Estado miembro", y llamó al Consejo, en nombre de los países no alineados, a no autorizar el recurso a la fuerza contra Irak.
El representante iraquí, Mohamed Al-Douri, reafirmó por su parte que su país no posee armas de destrucción masiva, y dijo que lo que busca Estados Unidos es que la ONU "le dé un cheque en blanco para ocupar Irak".
"Estados Unidos ha declarado sin ninguna vergüenza su plan de invadir y ocupar Irak e incluso establecer un gobierno pro-estadounidense, poniendo sus manos en la fuente del petróleo", señaló Al-Douri, en un discurso de 40 minutos, en el que afirmó que "1.700.000 iraquíes murieron por causa del embargo". El representante de Bagdad denunció la "guerra de histeria que parece haber invadido a Estados Unidos". En la lista de oradores en el debate figuran los 15 miembros del Consejo de Seguridad - los cinco permanentes y diez rotativos - y otros 48 países.
La alta cifra de oradores es inusual para un debate público del Consejo, donde las naciones que no son miembros pueden participar, aunque no votar, sobre cualquier acción que pueda decidir la única instancia de la ONU que puede autorizar el recurso a la fuerza.
Sin descartar una guerra, Francia prefiere que haya dos resoluciones: una sobre el posible desarme iraquí y una segunda que contemple el uso de la fuerza militar en caso de que Irak no respete lo pactado. Por su parte, China Popular pidió a Annan una solución pacífica de la crisis.
RUSIA CAMBIA DE IDEA
Pero hubo una sorpresa ayer cuando el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó que Moscú está dispuesto a aceptar una resolución adicional sobre Irak del Consejo de Seguridad de la ONU y así garantizar el trabajo de los inspectores internacionales en ese país.
"Todos los problemas de la comunidad mundial deberían terminar con la ayuda de los inspectores (encargados de comprobar si Irak produce armas de exterminio masivo). Estamos seguros de que deberían ser enviados a Irak lo más pronto posible", afirmó Putin. Fuentes de la presidencia rusa indicaron a la agencia Interfax que las críticas de Rusia a una nueva resolución de la ONU sobre Irak, respondían al objetivo de Moscú de "reducir la amenaza de una guerra" en el Golfo Pérsico. |