ECONOMICAS


Chiquita Banana dejaría de ser "oro verde"

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Panamá
REUTERS

En los muros de las ciudades costeras de Panamá, una bella mujer observa desde hace 100 años la ardua labor de los trabajadores del banano, pero el emblema de la firma multinacional Chiquita podría desaparecer, al tiempo que esa industria, alguna vez poderosa, se hunde en una crisis.

Vestida en azul y oro, y cargando un cesto de frutas en la cabeza, Chiquita parece inspirar una devoción industriosa. "Ella es nuestra mamita. Pero podría estar dejándonos a nosotros, sus hijos", dice Luis Nuques, dueño de una plantación de banano.

En comparación con los niveles de 1990, las exportaciones de banano de Panamá se han reducido un 50 %, a 21 millones de cajas de 18 kilogramos por año, mientras que los ingresos del sector han caído en 100 millones de dólares en el mismo periodo, según cifras del Ministerio de Comercio.

Los altos costos de producción, demandas de sindicatos y los aranceles de la Unión Europea han llevado a la industria del banano de Panamá a ser una de las menos competitivas en América Latina, dice Chiquita, empresa con sede en Estados Unidos.

Chiquita , la mayor exportadora de banano de Panamá, analiza cerrar en diciembre sus operaciones en la costa del Pacífico panameño, tras perder B/.90 millones en los últimos cinco años en esa división.

Pero los trabajadores acusan a Chiquita de crear una cultura de dependencia y el gobierno panameño dice que la compañía no puede cerrar sus operaciones sin algún tipo de remuneración.

"Chiquita creó la industria del banano de Panamá. Es la vida de miles de personas. La compañía tiene una responsabilidad moral de ayudar a rellenar ese hueco que puede dejar", dice Diana Kieswetter, titular del Directorio Nacional del Banano del Ministerio de Comercio, y anteriormente empleada de Chiquita.

La firma está bajo presión de sus accionistas para deshacerse de activos no rentables, bajar deuda y aumentar sus utilidades.

La mayor productora de banano del mundo también duda del futuro de las tradicionalmente lucrativas plantaciones en la costa del Atlántico, que comenzaron a ver pérdidas en 1990.

El retiro de Chiquita sería un duro golpe para la economía de la región bananera de Panamá, por la pérdida de unos 50.000 empleos y un potencial desorden social. "Hemos llegado a un periodo de crisis. Algo tiene que cambiar si vamos a quedarnos aquí a largo plazo," dijo el director de la división Atlántico de Chiquita, Adrián Guzmán.

NO MÁS "ORO VERDE" EN PANAMÁ

En la dolarizada economía de Panamá, la falta de competitividad es casi crítica en la costa del Pacífico, donde una caja de bananos, alguna vez llamados "oro verde", tiene un costo de producción de B/.8, pero se vende a los supermercados en B/. 5.

De acuerdo con Chiquita, las huelgas de recolectores que exigen alzas salariales están detrás de las pérdidas, además de los altos costos de irrigación a causa de menores lluvias que en la región del Atlántico.

El banano cultivado en costas del Pacífico es transportado a puertos del Atlántico, como Almirante, porque Chiquita exporta su banano panameño exclusivamente a Europa. Chiquita ha recortado unos 2.000 empleos en la zona del Pacífico desde mediados de la década de 1990.

Para Chiquita, el mayor obstáculo para la competitividad es el costo de proporcionar agua, casa y electricidad a sus trabajadores. En países productores vecinos, como Costa Rica y Colombia, esos servicios son proporcionados por el gobierno, destaca la compañía.

"Chiquita es socialmente responsable. Pero nos retienen responsabilidades que no nos corresponden. Enfrentamos un costo histórico", dice el director de la división Pacífico de Chiquita, Cameron Forsyth, desde Puerto Armuelles.

EN BUSCA DE ALTERNATIVAS

El gobierno de Panamá dice que busca evitar que Chiquita se aleje, prometiendo mejorar los servicios públicos. También busca retomar las 8.000 hectáreas que Chiquita arrienda al gobierno para producir otras frutas de exportación. Pero las partes no coinciden en el valor de la infraestructura de la región, que incluye vías férreas y el puerto de Almirante.

"Chiquita lo valúa en B/.50 millones. Pero casi no tiene valor si no se usa para banano. Pensamos producir piña y hule como alternativa", dijo el ministro del Trabajo, Joaquín José Vallarino. Chiquita dice que la última palabra la tienen sus trabajadores, particularmente los de plantaciones del Pacífico.

La empresa ha ofrecido continuar con la producción del Pacífico si los trabajadores aceptan renegociaciones que ayuden a recortar los costos y a elevar la productividad de Chiquita. Pero los trabajadores han rechazado la propuesta.

 

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