Muchos de nosotros, incluyéndome, nos confiamos en lo que la educación, la experiencia y los conceptos claros nos puedan decir, para ese fin, aunque algunos tengamos una fuerte aversión a las matemáticas, nos dejamos guiar por los números. ¿Por qué? Son secos, inflexibles y cuando un 4 dice que es un 4, no hay tela de duda en ello. Sin embargo, cuando nos enfrentamos con las estadísticas, éstas nos ofrece un universo de interpretaciones en donde los números se correlacionan con lo que nosotros queremos ver...
Vamos con unos ejemplos, una vez me tocó oír a una persona que defendía la crisis de la niñez que uno de cada cinco niños provenía de hogares divorciados, no es la cifra exacta pero vale para son de ejemplo, y que esto demostraba la decadencia de la familia panameña..., pues a mi modo de ver, estoy tranquilo con la familia panameña, ya que hay cuatro niños que provienen de hogares consolidados, y la estadística, asumo yo, está para destacar lo grande, mas esa persona, lo importante para ella era lo pequeño. Igual sucede cuando los empresarios señalan que han tenido, cifras de ejemplo, 10 millones de dólares en pérdidas, ¿esto es 10 millones que se me fueron de lo que tenía, ó 10 millones que dejé de percibir? Lo que se dejó de percibir realmente no existe, porque si es así, yo he tenido pérdidas de 10,000 dólares de lo que dejé de percibir comprando lotería, es decir, nunca ha existido esa plata.
Así que cuidado cuando leemos estadísticas y lo que el estadista nos quiera revelar, porque sus conceptos no son realmente objetividad matemática, sino interpretación subjetiva. |