A veces, me preguntan ¿Por qué donde la mayoría de la población es negra, hay más problemas? Preguntas como esas las encuentro legítimas, pero, al hacerlas, mis amigos han querido señalarme que los propios negros cargan con esta culpa.
Con estas líneas no busco responder, pero me parece que esa situación se debe a la falta de oportunidades para ese sector.
En cuanto a la percepción de la propia etnia negra sobre sí misma, otra pregunta legítima que, en este caso, yo haría sería: ¿y quién ha dicho que ser negro es malo?
Seguramente que esta pregunta y el contenido de los comentarios que siguen serán objeto de críticas, pero espero que provoquen reflexión. Mis ideas están fundamentadas en experiencias propias.
Los negros se sienten halagados cuando un tercero les dice: “tú no eres negro... tú eres clarito”. Creo entender esto, cuando observo que en la escuela nos enseñan, que los negros traídos de Africa eran como animales; que los ángeles son blancos, siempre, y el diablo es negro.
Hace algún tiempo, le comenté a una persona que iba a intercambiar esas imágenes. Su comentario fue: “no juegues con las cosas de Dios”. Me cuestiono: ¿qué tendría de malo que los ángeles fueran negros?
De boca de nuestras mujeres negras he escuchado frases como: “quiero mejorar mi raza”. Ante esas expresiones continuo haciéndome la pregunta: ¿quién ha dicho que ser negro es malo?.
No son sólo mis hermanos negros quienes piensan y hablan así. Las otras etnias del país también nos dan con el látigo. Por ejemplo, cuando entramos al supermercado o a un almacén, unos nos mandan a vigilar y otros se encargan de seguirnos. Según ellos, lo hacen porque somos negros... y los negros son ladrones. Incluso, los indígenas, quienes han sido a través de nuestra historia un conjunto de etnias discriminadas, también se vuelven racistas, en ocasiones; entre ellos se usa una frase muy conocida, hasta por sus niños: “chengro ladrón” (chombo ladrón). Pero aún así, ¿quién ha dicho que ser negro es malo?. Para mi, malo es que nos juzguen por ser negros. Malo es ser negro y no aceptarlo. ¡Yo lo soy, y con orgullo! |