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Detrás de la figura de una mujer, casi siempre existe un modisto, maquillador o estilista, que le arma la fachada y le complementa el garbo para enfrentar las escenas de la vida.  |
Cada mujer tiene en su peluquero, un amante platónico, un consejero o pañuelo que seca sus lágrimas y levanta su ánimo, en una sesión de terapia engatusadora, que recubre el demacre con la madre cosmética.
En las sesiones de belleza cada estilista se convierte en un transformador, pero no tan sólo de caras o cabello, si no de personalidades, escuchando atentamente todo lo que sus clientes le quieran contar. "En la vida todo tiene arreglo, mi reina...", le repite incansablemente a todas las mujeres que se entregan a sus dedos de tijeras.
Al final hasta la más fea sale a la calle con paso de Miss Universo, luciendo una cara prestada y una mezcla de estilos que la hacen confundir su biografía y olvidar sus duras penas.
Ella aunque jura no volver a gastar una fortuna en esa peluquería, sabe que no lo cumplirá, porque el peluquero la escucha o hace que la escucha -da lo mismo-, total ella no tiene a nadie a quien contarle sus secretos, sus escapadas con un amante joven, que la atiende como a su esposo hace mucho se le olvidó.
De esta manera los peluqueros que decoran el orgullo femenino de la belleza, acentúan perversamente los tics de la hipocresía social en apariencias suntuosas que al relajarse se develan.
Para Hander Serna, peluquero y dueño de Hander´s Salón, el ser confidente es algo más, ya que las mujeres van especialmente a desahogarse, contándoles sus historias y como tienen bastante confianza para cambiarles su look y maquillarlas, también les permite estar dentro de ellas y darles consejos.
"Compartimos muchas casualidades de la vida, aunque no todos los estilistas son gay, como varones también comparten secretos, amistad y hasta intimidades", aseguró.
Depende de la confianza, van a la peluquería a relajarse, se desahogan, entregan todo y se sienten tranquilas.
"¡Uy..!. aquí se oye de todo, desde que tienen un amante joven, hasta el cuento de sus mejores amigas", según Hander la escucha y conserva sus confesiones, ya que les cuesta mucho ganarse la confianza de cada una de sus clientes.
A la hora de la confidencia, muchas mujeres los prefieren peluqueros, porque se entregan mucho, son buenos amigos, sensibles, detallistas y muy dados cuando quieren, quieren de verdad.
Aunque para Armando, otro estilista, el salón muchas veces tiene reglas que les impide conversar con los clientes de su vida privada ni interrogarlos, pero si el cliente se abre ante ellos les toca escuchar y aconsejarle dentro del limite que les brindan.
En un salón de belleza, los peluqueros se enteran de todo lo que sucede en las casas de todo el mundo, y no precisamente porque pregunta sino que las personas lo cuentan, y si ella no lo dice, lo comenta la vecina, acotó.
El ser peluquero y confidente te puede traer muchos problemas, si no aprendes a guardar los secretos de cada una de tus clientas, por más que los quieran, "si viene una a hablar mal de la otra, sólo te toca escuchar y callar, por más que te duela".
"Cuando se es peluquero se aprende a querer a cada una de las mujeres, porque algunos se preguntan cómo soportas a esa amargada, pero esa amargada te contó su historia y tu llegas a comprenderla", mencionó.
Detrás de cada mujer bella y arreglada siempre hay una historia, que sólo los peluqueros confidentes van a descubrir con el paso del tiempo y la confianza que le demuestre el mismo.
"Todo lo que uno vive en la vida de los clientes es una novela, las cosas que piensan que no le pasan a nadie siempre hay alguien que las padece. La gente rica que pareciera tenerlo todo, muchas veces son las que más sufren", aseguró.
Una vez me enteré por una clienta que tenía dos hijos, que uno de ellos no era de su esposo, sino del esposo de la hermana y que casi toda la barriada lo comentaba, pero la hermana no sospechaba nada. Dany.
La pregunta más frecuente entre las ricas que llegan a mi puesto: "sabes con quién se va a casar fulanita y va a hacer la misma que la de la madre, casarse con quién sabe cuántos meses". Javier.
La esposa de un personaje público me comentó que su esposo, tanto que hablaba y era un fraude en la cama, lo tenía chiquito y le hacía sentir que la que no servía era ella. Anónimo.
El ser confidente me ha llevado a admirar a las mujeres, que son el único ser que pueden soportar todo por amor y llegar a cambiar su vida en un instante. La Keyla.
El que más recuerdo fue el de una muy querida que todo el mundo, le decía que era muy linda y que porque no tenía novio y hasta que un día llorando me confesó que bateaba para el otro lado. Ambar.
¿POR QUE PREFIERES A LOS PELUQUEROS PARA SER CONFIDENTES?
Ya que te entienden, escuchan o por lo menos te toman la importancia y el cariño que no hace un hombre normal o mi amado. Mayra, 23 años.
Mi peluquero se convierte en mi confidente porque me da ánimos y me hace sentir bella. Además pese a ser hombre, siente como mujer, y me da consejos de cómo reconquistar a mi hombre o cómo quitarme de encima esa piedra del camino (una rival).
Edgar me aconseja y sé que aunque quizás le cuenta a otras clientas mis secretos, nadie sabrá que soy yo, además está en otro círculo de amistades distinto al mío. Yessenia, 25 años.
Bueno de vez en cuando les cuento algo, pero no todo, ya que muchas veces son zafados de lengua y todos se enteran de tu vida. Mirna, 33 años. |