En la Corte Suprema de Justicia hay 9 magistrados. Mireya nombró a 5 y los otros 4 vienen de la Papa Vieja. Entre los 5 designados por el gobierno anterior debe haber uno que otro dispuesto a transmutar su lealtad a cambio de la certeza de seguir recibiendo 10 mil balboas mensuales hasta el final de su período.
Pero para el oficialismo eso no es suficiente. Hay que meter en el tribunal supremo a incondicionales del PRD, así sea aplicando la Ley Faúndes o algún otro artilugio, inventado por el partido de los cuarteles, para socavar la separación de poderes. El objetivo del PRD es engullirlo todo, no dejar ni un solo espacio en manos de nadie que no sea totalmente adicto al CEN.
Diga usted, estimado lector: ¿a quién beneficiaría, en estos momentos, el surgimiento de una vacante en la Corte Suprema de Justicia? ¿Quién tendría que efectuar el nombramiento para llenar la vacante? ¿No es el Consejo de Gabinete, dominado por el PRD? ¿Quién tendría que aprobar dicho nombramiento? ¿No es la Asamblea Legislativa, controlada por el PRD? Si hubiese que nombrar a un nuevo magistrado, ¿de dónde cree usted que provendría? Las designaciones efectuadas a la fecha, ¿responden al discurso de amplitud, tolerancia y democracia que el señor Torrijos pronunció durante su campaña electoral o al sectarismo, la intransigencia y el compinchismo característicos del PRD? Con semejantes antecedentes, ya sabemos lo que nos espera si se salen con la suya.