Una denuncia y posterior inspección por parte de la Autoridad Nacional del Ambiente (ANAM), al sitio en que se construye una central hidroeléctrica por parte de la sociedad Hidroeléctrica San Carlos S.A., dejó en evidencia el incumplimiento de normas de protección al ambiente; además de la necesidad de revisar la lista taxativa de proyectos a los que se le exigen estudios de impacto ambiental.
El funcionamiento de la central hidroeléctrica depende de represar las aguas del río Teta en el corregimiento de Guayabitos, distrito de San Carlos, para lo cual la ANAM expidió la Resolución No. AG-0263-2001 de 17 de agosto de 2001, en la cual se otorgó a dicha empresa una "concesión permanente para el uso del agua de la fuente hídrica denominada río Teta, para su uso hidroeléctrico".
Esta sociedad cuenta a su favor con la Resolución JD 3379 expedida por el Ente Regulador de los Servicios Públicos del 27 de junio del 2002, en la cual se da derecho de concesión para la construcción, explotación y mantenimiento de una central hidroeléctrica de pasada, con una capacidad de 750 KW, que aprovechará las aguas del río Teta, generando un embalse cuyo nivel máximo estará a una elevación de 172 metros sobre el nivel del mar.
La misma resolución establecía la responsabilidad de consignar en el Ente Regulador una Fianza de Cumplimiento por una suma equivalente a veinticinco mil balboas (B/. 25, 000.00), a fin de garantizar el cumplimiento de los términos y condiciones del Contrato de Concesión Hidroeléctrica a celebrarse.
No obstante, la realización del proyecto ha generado una serie de cuestionamientos por parte de residentes del área y particulares, los cuales ven en el mismo una serie de consecuencias nefastas para el río Teta y las playas en las que éste desemboca.
El río Teta, es uno de los ríos de la vertiente del Pacífico de la provincia de Panamá, que tiene flujo todo el año. Su nacimiento se ubica por el Cerro Picacho, arriba de Coronado, en la Laguna.
Dos de los que cuestionan la construcción de la hidroeléctrica son J. Douglas Allen y Grettel V. de Allen, según ellos este proyecto acarrearía problemas como la fauna y flora que se abastecen de los nutrientes y sedimentos del río Teta, van a sufrir, convirtiendo un ecosistema dinámico en sólo una zanja.
La introducción de agua salada al estuario, lo cual afectará los pozos de agua dulce y potable de los vecinos del estuario y las playas cercanas, se afectarán los bosques de galería y la vegetación que rodea las riberas del río, permitiendo condiciones similares a las que causaron Sarigua.
Además de ello prevén otras situaciones como los valores de las tierras en el área bajarán de valor, debido a que desaparecerán los charcos en que se puedan bañar o utilizar, algunas casas de las costas se van a perder, porque irá desapareciendo la arena del mar en las áreas aledañas, desaparición de los puntos de surf y el turismo que se promueve en "Playa Teta", y "Costa Esmeralda", a nivel nacional e internacional.
Ello aunado al peligro de una catástrofe por la mala calidad de construcción de la infraestructura del proyecto, debido a que una parte de lo ya construido en una quebrada del río, fue arrasado en una de las crecidas de este año.
AUDITORIA
Por su parte el administrador regional de la ANAM en Panamá Oeste Diomedes González, la empresa deberá someterse a una auditoría ambiental.